Al evaluar con los integrantes de su Comité Directivo Estatal las condiciones políticas y sociales de hoy, el Presidente del PRI, Carlos Peña Badillo, consideró que tanto el gobierno, como los partidos políticos y todos los actores sociales debemos hacer un gran esfuerzo por volver a los valores que hace muy poco distinguieron a la política.
Hoy más que nunca, la política debe profesionalizarse. Ya no se trata solamente de replicar discursos o aplaudir campañas mediáticas que diseñan actores cercanos a los gobernantes. Hoy la complejidad de los problemas, la carencia de recursos y la falta de credibilidad en el gobierno nos obligan a plantear un esquema de respuestas que deberemos de aplicar en el 2027, cuando recuperemos la gubernatura.
En primer lugar, a los priistas nos debe quedar claro y quizá al pueblo de Zacatecas también que, por el tamaño de los problemas de Zacatecas, con un campo deprimido, sin medicamentos en clínicas y hospitales, sin un programa firme educativo y sin salidas económicas viables, que permitan elevar el empleo, atraer inversiones y mejorar los sueldos, debe quedarnos claro que la responsabilidad de gobernar Zacatecas ya no debe ser de un solo hombre o mujer.
Desde hoy los priistas tenemos que proponernos que las promesas se cumplan, que por ningún motivo se debe engañar a la población anunciando inversiones a ocho columnas, que en poco tiempo se diluyan hasta volverse nada. Debemos trabajar, agrega Carlos Peña, porque las promesas de todos los políticos sean vinculantes y obligatorias.
Ya no puede decidir una sola persona, porque son muchas las asignaturas que deben atenderse. Todos los problemas con sus metas y formas de cumplimiento deben plasmarse con tiempo en un Plan Estatal de Desarrollo, confiable y verdadero. Se acabó el tiempo del político que prometía un puente en una comunidad y que cuando la gente le decía para qué queremos el puente, si no tenemos río, el político simplemente decía, también les construiré el río. Eso ya es parte del anecdotario, aseguró Carlos Peña. Hoy el zacatecano requiere certeza, certidumbre y confianza.
Por eso es claro el rechazo actual a este gobierno que privilegia las ferias, los festivales y la pirotecnia política en lugar de obras públicas básicas, reales y de beneficio colectivo.
Enfático, Peña Badillo se pronunció por una profesionalización de la política, para que a todos los priistas les quede claro que el compromiso de buscar la cercanía de la gente es en serio; que la promesa tiene que ir acompañada de una propuesta clara; que el discurso debe convocar a la unidad y a la concordia y no más al odio y la división.
Zacatecas nos reclama unidos, generosos, trabajadores, confiables y que, como uno solo, trabajemos juntos por un cambio real que le permita al Estado transitar por un camino sin bifurcaciones, sin rodeos, con una línea recta y clara, cuya meta final sea el progreso sostenido de todos los sectores, concluyó Carlos Peña Badillo.